Estamos
en una realidad muy cruda
y no entendemos
que el tiempo no perdona
a quienes lo retan.
Seguimos creyendo
que la inmediatez
es un antídoto para todo.
Luego nos jactamos de decir
que el tiempo cura las heridas.
Entonces deberíamos creer
que cura muchas cosas más
y que acumularnos nosotros mismos
mientras pasan las nubes
puede servir de algo.
Quizás para que cuando finalmente
nos enfrentemos a esta crudeza
estemos
por primera vez en mucho
completos.